miércoles, 10 de septiembre de 2014

Einaudi

Fragmentos de memoria

Giulio Einaudi, en su Fragmentos de memoria, nos presenta un rejunte de anécdotas, pequeñas historias, datos… recuerdos al fin, y nos sumerge de lleno en otras épocas y lugares hasta hacernos sentir parte de un entorno que tan lejano nos resulta en el contexto actual.
En varios de los primeros relatos podemos entender de qué manera la tortura, la censura y las persecuciones que surgieron con la II Guerra Mundial perjudicaron, también, al ámbito editorial: el miedo y la prevención derivó en la necesidad de tener que trasladar todas las noches los manuscritos, las máquinas de escribir y demás materiales necesarios para trabajar a un refugio; aun tomando los recaudos necesarios, no se estaba exento de la destrucción que los bombardeos traían consigo, en el caso de tener la mala suerte de que sucedieran.
 Aun así, no todo es negativo; si bien no está explícito, considero necesario destacar que, a lo largo de las memorias, podemos vislumbrar un trasfondo de admiración y compañerismo entre los integrantes de la editorial (autores incluidos). Las vivencias y la ideología política de los protagonistas de los relatos de Einaudi los impulsó a crear obras maestras de la literatura que se vieron altamente enriquecidas por sus experiencias.

La relación entre los autores y los editores tampoco se descuida. Está claro, de acuerdo con uno de los fragmentos, que el rol del editor no se limita a la publicación; es saber cuándo conviene lanzar el libro y cuándo esperar, qué libros necesitan más impulso a nivel comercial y cuáles “se venden solos”, etc. Ser editor significa, también, ser intermediario: es saber aplacar a los autores cuando decisiones de esta índole puedan generar conflictos. Todo se reduce a encontrar ese equilibrio en el que las cosas funcionan porque todos trabajan para llegar a un destino en común.

Para concluir, quisiera hacer hincapié en aquello que dice a propósito de Natalia Ginzburg: “Ella se considera –con justicia–  la custodia de los antiguos valores de la editorial, su conciencia crítica. […] Las cosas que ama […] son amadas y gustan universalmente, porque Natalia posee antenas misteriosas que captan gran parte de los sentimientos profundos de la gente” (Einaudi, 1990: 58).
Personalmente, y de acuerdo con lo planteado por Gill Davies, considero que asesores de esta índole son activos altamente valiosos. Encontrar una persona que tenga este sexto sentido y poder confiar plenamente en su criterio es una de las mayores suertes que puede tener un editor en su carrera profesional. 

jueves, 28 de agosto de 2014

Gill Davies II

Capítulo 2

De acuerdo a lo planteado en el capítulo 1, en el capítulo 2, Gill Davies vuelve a tratar la cuestión de los argumentos que se suelen utilizar para justificar la publicación de un nuevo libro. Estos argumentos tendrán la finalidad de convencer a terceros (y a uno mismo, ¿por qué no?) de obtener la aprobación del manuscrito, proyecto o idea y, por ende, publicar. Este proceso de persuasión dentro de la propia editorial constituirá el primer intento de comercializar el libro: se deberá evaluar el público al que el libro se dirigirá, si el formato se adecuará a los lectores, los compradores potenciales, la competencia, etc.
Si el editor no puede responder estos interrogantes, no encuentra en el libro ningún atributo destacable o no puede diferenciarlo de otros libros, se tendrá que plantear si publicarlo será una buena idea y, en el peor de los casos, si realmente sirve para la profesión.

Es necesario, a su vez, tener en cuenta la razón de ser de la editorial: aquella que se dedique a la publicación de libros comerciales tendrá la necesidad de destinar grandes sumas de dinero a la publicidad, la promoción, etc. que deberían verse amortizadas con la venta de los ejemplares; esto incidirá en el porcentaje de rentabilidad, que no será muy alto. Distinto es el caso de las editoriales de libros especializados, cuyo mercado es poco elástico; al no necesitar invertir grandes cantidades en marketing, el margen de rentabilidad será mayor; asimismo, no debemos olvidar que las ventas son a largo plazo y, por ende, habrá que considerar los costos de almacenamiento.

No hay que subestimar la importancia de la extensión y de los plazos de entrega: lograr que lo pautado se cumpla es uno de los problemas más usuales a los que el editor se enfrenta. Si el texto es muy corto, habrá que plantearse si el tema a desarrollar realmente justificaba la extensión pactada, si justificará los costos de marketing que requiere, etc. Si el texto es muy largo, si el formato pensado se adapta a la nueva extensión del texto, si se justificará el aumento del costo de producción, etc.; nunca es recomendable aumentar la tirada solo para reducir el costo unitario.
En cuanto a los plazos de entrega, habrá que tener en cuenta otros tipos de compromisos que pueda llegar a tener el autor, si planea viajar un tiempo prolongado, eventualidades que puedan llegar a sucederle y, sobre todo, la experiencia que posea: aquel que se gane la vida escribiendo tendera a ser más confiable.
Una vez que se llegue a un acuerdo, el escritor debe comprometerse a cumplir en materia de extensión y plazos y debe entender que lo decidido no queda sujeto a modificaciones.

 Por último, el editor debe prestar especial atención a lo pautado en el contrato y a la negociación de los derechos. Como ya se ha visto previamente, el trato con agentes se ha vuelto moneda corriente en la actualidad. En el proceso de negociación, ambas partes exigirán según su conveniencia. El editor no debe olvidar nunca que, si bien el agente puede ser de mucha ayuda en ciertos momentos, siempre velará por los intereses del autor; no se debe dejar nada a la libre interpretación. 

viernes, 22 de agosto de 2014

Gill Davies I

 Introducción y capítulo 1

 El talento ya no alcanza; hoy en día, la efectividad tiene nombre: cifras y reseñas. El editor se expone a un juicio público y el veredicto perdurará en el tiempo.

Desde el comienzo, Gill Davis hace hincapié en la relación autor-editor: los autores buscan un editor que se adecue a sus requerimientos, tanto en cuestión de catálogo como en herramientas de marketing cuya editorial maneje. A su vez, el editor valorará  la trayectoria del autor, el potencial para desarrollar una idea (o la calidad el manuscrito presentado), su capacidad de síntesis y, por supuesto, la calidad de su redacción.

 En un mundo cada vez competitivo, los departamentos de marketing han adquirido un papel predominante en la mayoría de las empresas. Las editoriales no son la excepción: la imagen romántica del autor se ha visto modificada y hoy se espera que este tenga un conocimiento realista del mercado, de su público y de la capacidad de llegar a él a través de lo que escribe. Asimismo, el editor debe tener las competencias correspondientes para evaluar una propuesta, no solo en el marco de su catálogo, sino también en relación a la competencia, a los objetivos de marketing de la editorial y a las expectativas del público objetivo. En aquellas ocasiones en las que el editor no pueda contestar ciertos interrogantes, se esperará que consulte a un asesor, quien, en el caso de las editoriales especializadas, es un activo valioso. Nunca debe desestimarse la opinión de un asesor o, incluso, la de un colega, ya que estos ofrecen una visión objetiva del proyecto; no se debe olvidar que contar con su aprobación representará una gran ventaja a la hora de tener que pedir apoyo por parte de otros sectores.

 Otro de los factores intervinientes a los que el editor deberá adaptarse en los tiempos actuales será la figura del agente: este se ha convertido en el nexo principal entre el autor y el editor. Un buen agente tratará que la relación beneficie a ambas partes por igual y aliviará el trabajo del editor, en especial a la hora de tener que presionar al autor para cumplir con los plazos de entrega. Asimismo, es necesario que el editor preste especial atención a la negociación de los derechos; no faltan los casos casos en los que la relación autor-agente-editor ha perjudicado a este último en materia de venta de derechos.

 Por último, es necesario remarcar la importancia que ha cobrado la competencia: en muchos de los casos tendrá injerencia en lo que la editorial decida publicar. Es necesario saber qué se propone, los precios que ofrece, la cantidad de dinero que invierte en publicidad, promoción, etc. y las diferencias y similitudes entre su catálogo y el propio. Esto le permitirá al editor tomar decisiones más acertadas, ya que estarán fundamentadas en información concreta más que en el instinto.


miércoles, 20 de agosto de 2014

Introducción

Ser editor: apreciación personal


Mucho se ha escrito sobre el rol del editor a lo largo del tiempo. Este se ha modificado con el paso de los años con la aparición de nuevos soportes y nuevas tecnologías, y parecería que su función ha quedado relegada a un segundo plano.

La impresión a demanda, la autoedición y los intermediarios entre el autor y el editor han traído consigo grandes ventajas pero, también, la creencia de que es fácil prescindir del trabajo del editor. Y este último ha tenido que aceptar, sin remedio y silenciosamente, este nuevo papel, en el que se ha visto desfavorecido en más de un aspecto.

Un buen editor debe contar con muchas competencias, dentro de las cuales se encontrará la perseverancia, la capacidad de negociación y de persuasión, un instinto sólido, el conocimiento de cuestiones relativas a la lengua y hasta el buen gusto. Parte de aprehender estos cambios que están sucediendo en el campo de la edición requiere una redefinición del papel del editor a la que no todos quieren adaptarse: es necesario tomar todos estos saberes que el buen editor ha adquirido a lo largo del tiempo y que, probablemente, sigue adquiriendo día a día y encontrar un nuevo lugar en este mundo que tanto necesita de él sin darse cuenta. Y parte de este proceso requerirá incorporarse y experimentar en áreas, disciplinas y campos aún inexplorados por el editor tradicional.

Solo es cuestión de perder el miedo. 

Presentación

El siguiente blog tendrá la finalidad de exponer, semana a semana, los conocimientos obtenidos en el marco del seminario “Estrategias para la construcción del catálogo”, dictado este segundo cuatrimestre del 2014.

El objetivo final será poder plasmar el proceso de aprendizaje a través de la presentación de resúmenes, reseñas, fotos y demás información útil que se relacione con los contenidos del seminario en particular y con la actividad editorial en general.