viernes, 22 de agosto de 2014

Gill Davies I

 Introducción y capítulo 1

 El talento ya no alcanza; hoy en día, la efectividad tiene nombre: cifras y reseñas. El editor se expone a un juicio público y el veredicto perdurará en el tiempo.

Desde el comienzo, Gill Davis hace hincapié en la relación autor-editor: los autores buscan un editor que se adecue a sus requerimientos, tanto en cuestión de catálogo como en herramientas de marketing cuya editorial maneje. A su vez, el editor valorará  la trayectoria del autor, el potencial para desarrollar una idea (o la calidad el manuscrito presentado), su capacidad de síntesis y, por supuesto, la calidad de su redacción.

 En un mundo cada vez competitivo, los departamentos de marketing han adquirido un papel predominante en la mayoría de las empresas. Las editoriales no son la excepción: la imagen romántica del autor se ha visto modificada y hoy se espera que este tenga un conocimiento realista del mercado, de su público y de la capacidad de llegar a él a través de lo que escribe. Asimismo, el editor debe tener las competencias correspondientes para evaluar una propuesta, no solo en el marco de su catálogo, sino también en relación a la competencia, a los objetivos de marketing de la editorial y a las expectativas del público objetivo. En aquellas ocasiones en las que el editor no pueda contestar ciertos interrogantes, se esperará que consulte a un asesor, quien, en el caso de las editoriales especializadas, es un activo valioso. Nunca debe desestimarse la opinión de un asesor o, incluso, la de un colega, ya que estos ofrecen una visión objetiva del proyecto; no se debe olvidar que contar con su aprobación representará una gran ventaja a la hora de tener que pedir apoyo por parte de otros sectores.

 Otro de los factores intervinientes a los que el editor deberá adaptarse en los tiempos actuales será la figura del agente: este se ha convertido en el nexo principal entre el autor y el editor. Un buen agente tratará que la relación beneficie a ambas partes por igual y aliviará el trabajo del editor, en especial a la hora de tener que presionar al autor para cumplir con los plazos de entrega. Asimismo, es necesario que el editor preste especial atención a la negociación de los derechos; no faltan los casos casos en los que la relación autor-agente-editor ha perjudicado a este último en materia de venta de derechos.

 Por último, es necesario remarcar la importancia que ha cobrado la competencia: en muchos de los casos tendrá injerencia en lo que la editorial decida publicar. Es necesario saber qué se propone, los precios que ofrece, la cantidad de dinero que invierte en publicidad, promoción, etc. y las diferencias y similitudes entre su catálogo y el propio. Esto le permitirá al editor tomar decisiones más acertadas, ya que estarán fundamentadas en información concreta más que en el instinto.


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